lunes, mayo 19, 2008

El Gobierno italiano reclama que Zapatero frene los insultos de los ministros españoles

El ministro de Exteriores Italiano se ha referido a la polémica que abrió la vicepresidenta de la Vega al insinuar en unas declaraciones que el gobierno de Berlusconi había apostado por una política de Inmigración “violenta, xenófoba y racista”. A continuación, los ministros Corbacho y Aído echaron más leña al fuego.

Después de que la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega diera inicio a la polémica la semana pasada, el ministro de Exteriores de Italia, Franco Frattini, ha tildado de “inaceptables” sus palabras y ha confiado en que el presidente del Gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, intervenga para evitar nuevas declaraciones de ministros que son "inútilmente polémicas".

Además de De la Vega, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, retomó las críticas, al asegurar que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, "quiere criminalizar al diferente". Declaraciones que Frattini ha calificado como "imprudentes y extemporáneas".

Frattini añadió que es "interés de España, más allá del de Italia, tener una colaboración mediterránea" y "europea" para gobernar las políticas migratorias y ha recordado que ha sido la "mano dura" de Zapatero la que ha "expulsado a decenas de miles de personas con métodos diría que muy rigurosos y muy severos".

Además de Corbacho, la ministra de Igualdad, Bibiana Aido, contribuyó a aumentar la tensión con Italia después de declarar al diario que le pagaría un psiquiatra a Berlusconi, "aunque no sé si sería demasiado efectivo" porque, añadió, le harían falta muchas sesiones", añadió.

En declaraciones al diario 'Corriere della Sera', el ministro italiano para las Políticas Comunitarias de Italia, Andrea Ronchi, ha pedido a Zapatero que "tome distancias del bajo tono utilizado por la ministra Bibiana Aido, que dando por loco a Berlusconi también ha dado por locos a los italianos que lo han votado y lo han elegido".

Desde España, El secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, ha asegurado que no hay problemas entre el gobierno español y el italiano y ha anunciado que el jueves recibirá al ministro de Políticas Comunitarias, Andrea Ronchi, para aclarar su postura en materia de inmigración.

Según López Garrido, tanto España como Italia "coincidimos en que la inmigración tiene que estar regulada por leyes, tanto la lícita como la ilícita y estamos de acuerdo en la necesidad de una política europea común" en la materia.

En opinión de López Garrido, "lo mejor que podemos hacer es no seguir en esta línea y no añadir más polémica" porque con eso, ha añadido, "no se consigue nada" y porque además, España e Italia tienen una política en materia de inmigración "de fondo bastante afín".

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