Y de nuevo tenemos a nuestra España dando una imagen tercermundista en el mundo por culpa de un pequeño colectivo de privilegiados caprichosos y por un gobierno que no sirve para nada...
Las víctimas, como siempre, son los ciudadanos. Rehenes, en primera instancia, de los controladores, pero también del Ejecutivo, incapaz de prever los acontecimientos, pese a las amenazas de los controladores de Santiago de Compostela.
El panorama en el inicio del puente no puede ser más deprimente: cientos de miles de personas tiradas en los aeropuertos, cuatro millones de pasajeros afectados en Europa, un pequeño colectivo poniendo en jaque a España y un Gobierno desbordado por la huelga salvaje de controladores.
Las víctimas, como siempre, son los ciudadanos. Rehenes, en primera instancia, de los controladores, pero también del Ejecutivo, incapaz de prever los acontecimientos, pese a los incidentes del día anterior en Santiago, de las amenazas de movilizaciones y de que el largo puente de la Constitución constituía una pieza golosa para que el colectivo colapsara el espacio aéreo, a fin de poner a Zapatero entre la espada y la pared.
La reunión en la tarde de ayer del gabinete de crisis de Fomento resultaba un tanto patética. Lo mismo que la comparecencia de Rubalcaba anoche, explicando que ante la actitud de los controladores, el Gobierno ponía en marcha “los mecanismos previstos”, cuando la realidad es la contraria: el Ejecutivo se ha encontrado con un pulso que le ha estallado en las manos y le ha pillado, como suele ser habitual, in puribus.
Algo que podría haber evitado con un mínimo de previsión. Como si el Gobierno no se hubiera enterado de que los controladores iban a aprovechar el puente para enseñar los dientes tras el decreto, aprobado horas antes en el Consejo de Ministros, que regula su jornada laboral. La nueva norma incluye la posibilidad de militarizar el control aeroportuario y de obligar a los controladores a someterse a reconocimientos médicos en caso de baja.
Las medidas en sí son acertadas, pero aprobadas en el momento menos oportuno. Son un nuevo intento del Ejecutivo por meter en vereda al privilegiado gremio. Quienes tienen en sus manos el tráfico aéreo han devenido en una especie de mafia, con sueldos de 200.00 euros de media, que gestionan el acceso a la profesión y que, con la excusa de la seguridad, dosifican el ritmo de su producción hasta el extremo de trabajar ocho días al mes, en algún caso. El Gobierno ha querido poner coto a todo eso y el gremio ha reaccionado dándole una patada a Zapatero en el trasero de los pasajeros. Esta vez, ni siquiera han guardado las formas: se han declarado “incapaces para cubrir el servicio” y han provocado la mayor crisis aérea de España. Ante su actitud, que roza la delincuencia, sólo cabe aplicar la ley. Deberán enfrentarse a despidos disciplinarios, ya que su pulso puede constituir un delito.
Al margen de ello, y de que se aplique como una medida provisional la militarización de los aeropuertos, como ocurrió anoche, el envite debería servir para impulsar de una vez por todas la ley de huelga, asignatura pendiente desde la Transición, que sirva para poner coto al chantaje no sólo de los controladores, sino de otros colectivos como los pilotos, que se aprovechan de su privilegiada situación para poner en jaque a los ciudadanos.
Pero las culpas del grave trastorno causado a media España deben ser repartidas con el otro gran responsable, por imprevisión: el Gobierno. Las huelgas salvajes aéreas sirvieron para que gobernantes de talla como Reagan y Thatcher se crecieran y demostraran su firmeza. En el caso español tenemos el proceso inverso. El pulso de los controladores visualiza la nula capacidad y la endeblez técnica y moral de un gobernante errático que ya sólo produce daño. Y que se permite presumir haciendo creer que lo tiene todo bajo control, como aseguraba anoche Rubalcaba. Ningún español, y menos los que han quedado atrapados en los aeropuertos, nos merecemos a un Gobierno que nos mienta.
sábado, diciembre 04, 2010
jueves, diciembre 02, 2010
Rabat anuncia que revisará las relaciones con España "en todos los ámbitos"
Al final de nada le va a servir al PSOE el lamerle el culo a los vecinos de abajo... Aún encima de burros, apaleados. Y lo más lamentable es que aún hay que aguantar durante casi dos año a este esperpento de gobierno...
La decisión se ha tomado en el Consejo de Ministros de esta tarde "tras la resolución adoptada por el Parlamento español que se caracteriza por su hostilidad respecto a Marruecos y contiene párrafos y expresiones antimarroquíes que no pueden ser aceptadas", explicó Naciri.
Según el portavoz, los partidos españoles que han votado a favor de la resolución están movidos por "viejos complejos hacia Marruecos" y utilizan las diferencias con el reino alauí para sacar rédito electoral.
"Las fuerzas políticas españolas ponen una vez más a Marruecos en el corazón de la lucha política interna, dentro de una carrera electoral desenfrenada a fin de desviar la atención de la opinión pública española de la profunda crisis económica", alegó el portavoz.
En su alegato, llegó a lamentar que hayan "preferido condenar a Marruecos en lugar de felicitar a las autoridades por la cordura y la responsabilidad que demostraron en los últimos incidentes de El Aaiún, que no provocaron ninguna muerte entre civiles".
La reacción del Ejecutivo de Rabat se produce después de que el Parlamento español haya pedido al Gobierno que condene "los incidentes violentos" ocurridos durante el desmantelamiento el mes pasado del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik en El Aaiún, en el Sahara Occidental. En la condena no se menciona a Marruecos.
Según la agencia gubernamental MAP, la Cámara de Representantes marroquí celebrará este viernes una reunión plenaria dedicada a la resolución del Congreso sobre "la cuestión de la integridad territorial del Reino".
Continúan las provocaciones de Marruecos. La votación de la resolución de condena a los incidentes en El Aaiún –con gritos y detenciones de por medio– ha servido de excusa a Rabat para anunciar que reevaluará las relaciones con España "en todos los ámbitos".
El Gobierno de Marruecos considera que "las circunstancias requieren una reevaluación del conjunto de sus relaciones con España en todos los ámbitos", según anunció el ministro marroquí de Comunicación y portavoz, Jalid Naciri.La decisión se ha tomado en el Consejo de Ministros de esta tarde "tras la resolución adoptada por el Parlamento español que se caracteriza por su hostilidad respecto a Marruecos y contiene párrafos y expresiones antimarroquíes que no pueden ser aceptadas", explicó Naciri.
Según el portavoz, los partidos españoles que han votado a favor de la resolución están movidos por "viejos complejos hacia Marruecos" y utilizan las diferencias con el reino alauí para sacar rédito electoral.
"Las fuerzas políticas españolas ponen una vez más a Marruecos en el corazón de la lucha política interna, dentro de una carrera electoral desenfrenada a fin de desviar la atención de la opinión pública española de la profunda crisis económica", alegó el portavoz.
En su alegato, llegó a lamentar que hayan "preferido condenar a Marruecos en lugar de felicitar a las autoridades por la cordura y la responsabilidad que demostraron en los últimos incidentes de El Aaiún, que no provocaron ninguna muerte entre civiles".
La reacción del Ejecutivo de Rabat se produce después de que el Parlamento español haya pedido al Gobierno que condene "los incidentes violentos" ocurridos durante el desmantelamiento el mes pasado del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik en El Aaiún, en el Sahara Occidental. En la condena no se menciona a Marruecos.
Según la agencia gubernamental MAP, la Cámara de Representantes marroquí celebrará este viernes una reunión plenaria dedicada a la resolución del Congreso sobre "la cuestión de la integridad territorial del Reino".
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