Los resultados del Barómetro Autonómico del CIS seguro que han sentado como un jarro de agua fría a los nacionalistas y soberanistas catalanes: El 65,7% de los ciudadanos de Cataluña se declara "orgulloso" o "muy orgulloso" de ser español.
El sondeo, realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, resulta bastante concluyente: el 32,9% se siente muy orgulloso de ser español y el 32,8% siente bastante orgullo de serlo. En total, un 65,7% de la población manifiesta orgullo, o mucho orgullo de pertenecer a España como nación. Los catalanes que manifiestan sentirse "poco orgullosos" son un 18,1% y un 11,3 expresan nada de orgullo.Respecto al sentimiento catalán, la encuesta, basada en 10.409 entrevistas, concluye que un 50,5% de los catalanes se manifiesta muy orgullo de serlo, y un 32,2% bastante. El cruce de ambos datos vendría a desbaratar las tesis sostenidas e instigadas por el nacionalismo radical, que predica el odio o el desprecio hacia lo español. Lo que concluye el sondeo es que ambos sentimientos de pertenencia pueden ser perfectamente compatibles, resultando así que la mayoría de los catalanes se sienten orgullosos de ser españoles y catalanes.
En lo referido al modelo de gestión política y territorial de Cataluña, el sondeo del CIS revela que el 29,3%, a favor de que las CCAA tengan mayor autonomía; y un 23,6%, a favor de que el Estado reconociese a las Comunidades la posibilidad de convertirse en estados independientes. En menor medida, concretamente un 10,7% de los encuestados se declara favorable a un Estado con un único Gobierno Central sin autonomías el 4,8%, a favor de un Estado en el que las CCAA tengan menor autonomía que en la actualidad.
Por otro lado, el CIS recoge que un 50,35 % de los encuestados considera que los servicios públicos gestionados por la Generalidad funcionan igual que los del Gobierno central. Sólo un 28,1% considera que lo hacen peor.
Sobre la corrupción, las cifras son bastante elocuentes: el 81% opina que está bastante o muy extendida en la política a nivel nacional, y el 70,9 considera que también lo está en la autonómica.
Por último, otro de los resultados llamativos del sondeo tiene que ver con las relaciones entre el Gobierno central y la Generalidad. Esa actitud combativa y belicosa de la que generalmente hace gala la política nacionalista no tiene su calco en la actitud de la población. Sólo un 21,8% de los catalanes considera que si surge un problema entre ambas administraciones, la Generalidad debe enfrentarse al Gobierno. Por el otro lado, se encuentra el 72,4% que cree que el gobierno catalán debería negociar con el nacional, en caso de desacuerdo.