viernes, octubre 08, 2010

Zapatero ha aumentado un 736% las ayudas de Presidencia a los sindicatos

Para esto nos sube los impuestos el PSOE a todos los españoles: para apesebrar a sus sindicatos... Si tan independientes son, que rechacen las subvenciones... pero no, pues vivir del pesebre es lo único que saben hacer. Y mientras tanto, el paro sigue subiendo en España...


El Ministerio de la Presidencia que dirige la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, ya ha acumulado un aumento del 736% en subvenciones a los sindicatos, a quienes discrimina positivamente en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2011.

Si en las cuentas de 2004 el Ejecutivo de José María Aznar presupuestó 153.260 euros destinados al “apoyo instrumental a la negociación colectiva” en la función pública –esto es, a las reuniones entre sindicatos, delegados de los empleados públicos y representantes ministeriales–, José Luis Rodríguez Zapatero la ha incrementado durante su mandato hasta 1.281.000 euros. Entonces, en pleno crecimiento de la Economía española; hoy, en la cola de salida de la crisis.

Suponiendo que estas tareas requirieran, por ejemplo, un centenar de reuniones anuales entre las partes (según todas las fuentes consultadas no llegan a ese número “ni de casualidad”), cada una de ellas costaría a los contribuyentes la friolera de 13.000 euros. Una factura más que elevada con o sin crisis. Además, las citas se celebran en dependencias públicas y no requieren de alquiler alguno. Si los funcionarios o altos cargos políticos que representan a la Administración en los encuentros no hacen otra cosa que su trabajo durante las mismas, los delegados sindicales suelen ser liberados precisamente para ocuparse de actividades como éstas, tal y como inciden fuentes parlamentarias.

El agravio sindical aún va más lejos. Tal y como se informó ayer desde estas páginas, la partida de 1,3 millones de euros no varía, independientemente del número de encuentros que se celebren. Asimismo, Presidencia distingue entre trabajadores y trabajadores. Los sindicatos, los mismos que hace escasos días amagaban con un simulacro de huelga general el pasado 29 de septiembre, quedan a salvo del “esfuerzo colectivo” al que apela Zapatero y no ven mermada su subvención por este concepto, pese a la necesidad de acometer la misma reducción drástica del déficit que el presidente decidió tres días después de negársela al líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Pese a que la partida del Ministerio de Presidencia en los Presupuestos Generales del Estado ha sufrido un recorte del 17,38%, los sindicatos, a los que el Gobierno bajo ningún concepto quiere dejar en evidencia, no pierden un sólo euro de esta asignación –representan a gran parte de sus bases, véase el ejercicio de funambulismo del Ejecutivo a la hora de valorar la incidencia de la huelga general de los sindicatos de clase, CC OO y UGT–.

Cuando el portavoz de la Función Pública del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Miguel Barrachina, ha puesto en evidencia estos privilegios sindicales, la secretaria de Estado, Consuelo Rumí, esgrimió que “hay que apostar por austeridad con racionalidad, aplicándola donde es oportuna en función de los efectos de la crisis”. Más de lo mismo desde el PSOE, desde donde no sólo justifican las prebendas de los sindicatos de clase, sino que pasaron a arremeter contra el Partido Popular con el siguiente argumento: los populares se dedican a “erosionar el sistema democrático con sus ataques a unos organismos que forman parte del mismo”.

En el PP no entienden que se baje el 5% del sueldo de los funcionarios y se reduzcan los mismos en la Administración General del Estado, hasta 11.000 personas, y que los sindicatos de clase no “arrimen el hombro” ante la crisis.

Barrachina no se calla. “Mientras estos presupuestos anuncian una reducción para 2011 de 11.000 funcionarios, y hasta el 2013 de 30.000, sus representantes mantienen intactos sus confortables sillones”, enfatiza en declaraciones a LA GACETA.

El incremento del “apoyo instrumental a la negociación colectiva” supone un total de 1.127.830 euros respecto a los último presupuestos del PP con Aznar en el Gobierno. Barrachina considera que “los funcionarios están pagando el derroche del Gobierno de Zapatero, ajustándose el cinturón un 5% este año y, sin embargo, sus supuestos representantes siguen tirando con pólvora del Rey”. También denuncia que “pueden pasar meses sin reuniones y el peaje sigue siendo el mismo”, y, por ello, anuncia preguntas parlamentarias al respecto.

El portavoz de la Función Pública del PP destaca que “es injustificable que los que dicen representar a unos empleados públicos –que han sufrido un recorte en sus nóminas– no renuncien a uno sólo de sus privilegios”.

martes, octubre 05, 2010

La generación ni-ni sigue creciendo y alcanza los 750.000 jóvenes

Otra gran herencia socialista a añadir junto al paro y a la ruina y división de España. Y menos mal que presumen de políticas sociales... ¿quién les cree ya a estas alturas? El problema es que aún tienen para dos años, como mínimo...

Al drama del paro se le suma la tragedia de un creciente número de jóvenes que ni estudia ni trabaja. Es la llamada generación ni-ni, que sigue sumando adeptos. En concreto, de los 3,5 millones (3.493.992) de jóvenes entre 18 y 24 años, 750.000 se encuentran en esta situación frente a los 500.000 de 2005.

Aunque no existen datos oficiales al respecto, el uso de diversas estadísticas puede arrojar una cifra aproximada del número de jóvenes que ni estudia ni trabaja en España. Así, tal y como avanzó Libertad Digital, los menores de 34 años en esta situación oscilaba entre los 550.000 y los 710.000 hace ahora casi un año, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2009. Inactivos que viven casi exclusivamente del dinero de sus padres.

La situación no sólo no ha mejorado desde entonces sino que, por desgracia, sigue empeorando. Según el reciente análisis elaborado por Florentino Felgueroso y Luis Garicano, miembros de la Fundación de Estudios de Economía Aplacada (Fedea), de los 3,5 millones (3.493.992) de jóvenes entre 18 y 24, un total de 750.000 ni estudian ni trabajan en la actualidad, frente a los 500.000 de 2005. Es decir, los datos muestran, sin duda, una tendencia al alza.

Además, la depresión demográfica que sufre España, con una pirámide poblacional invertida, tan sólo agrava la situación, ya que el número total de jóvenes ha caído desde los 3,9 a los 3,5 millones en el último lustro. De este modo, España cuenta hoy con 636.000 jóvenes menos que estudian o trabajan respecto a 2005.
Fuente: blog Nada es Gratis
Este fenómeno está relacionado con la elevada tasa de paro juvenil, próxima al 40%, y el abultado volumen de fracaso escolar. En cuanto a este último punto, ambos autores alertan de que "uno de cada tres jóvenes españoles de 18 a 24 años abandona el sistema educativo sin conseguir un título de enseñanza secundaria post-obligatoria, es decir, 1 millón de jóvenes", según la oficina estadística europea Eurostat. Un fracaso tan sólo superado por Turquía y Malta a nivel continental.

El problema es que esta situación no ha mejorado lo más mínimo en los últimos 15 años. A mediados de los 90 España ya contaba con un tercio de jóvenes que optaba por abandonar sus estudios. Sin embargo, otros países sí han avanzado: "Turquía ha reducido su diferencial con España a la mitad en los últimos 10 años, con lo que si no hacemos algo al respecto en breve habrá convergido y seremos definitivamente los últimos de la clase"; Portugal, por su parte, "ya nos ha alcanzado, cuando al inicio de esta década le sacábamos quince puntos", indican Felgueroso y Garicano.
Aunque las tasas de matriculación, en especial entre los 16-17 años, parecen haber aumentado algo desde el inicio de la crisis -un 1,4% en bachillerato y un 6,4% en Formación profesional (FP)-, la tasa de abandono escolar entre los 18 y los 24 años parece mantenerse constante, "sugiriendo que estos estudiantes no vuelven a la escuela", indican.

De hecho, la crisis está multiplicando el volumen de jóvenes sin estudios secundarios post-obligatorios que ni estudian ni trabajan. En concreto, el 30% entre los jóvenes de 18 a 20 años se encuentra ya en esta situación, mientras que esta tasa asciende al 40% de los jóvenes comprendidos entre los 21 y 24 años.
"Quizás sea uno de los indicadores más alarmantes de esta crisis, señal de que poquito están cambiando las cosas, de que el cambio de modelo productivo va para largo", concluyen.