viernes, septiembre 10, 2010

Capitalizar las pensiones permitiría jubilarse a los 45 años con 2.169 euros

Nueva prueba de que el Estado del Bienestar es un derroche absurdo en los tiempos actuales.

El 74% de los españoles se opone a retrasar la jubilación y el anuncio del Gobierno en este sentido es una de las causas de la huelga general. Esta semana, Francia ha tenido un paro por este motivo. Y la pregunta clave es: ¿por qué tienen que decidir los políticos cuándo se jubilan sus ciudadanos?


En los últimos meses, han sido numerosas las ocasiones en las que los políticos han lanzado mensajes sobre la insostenibilidad del actual sistema público de pensiones. La lógica parece aplastante: cada vez hay menos cotizantes por pensionista. La esperanza de vida aumenta, con lo que una persona con 65 años tiene, de media, unos 20 años por delante para cobrar su paga. Por otra parte, desde mediados de los años 70, han nacido menos niños en España, por lo que no existe un adecuado relevo generacional.

El resultado es que hace unas décadas había cerca de 20 cotizantes por pensionista y en 2050 se espera que haya menos de dos. De esta manera, el sistema actual es absolutamente insostenible. Los españoles tienen que hacer frente a una situación doblemente dolorosa: tendrán que trabajar más años para, encima, cobrar una pensión más baja que la actual -ajustada la inflación-. Pero, ¿es éste el único sistema posible?
La respuesta es no. Los españoles podrían jubilarse a los 45 años cobrando una pensión de 2.169 euros.

Parece ciencia ficción, pero es, simplemente, un sistema de capitalización corriente y moliente, similar al chileno, y que cualquier trabajador medio podría tener si no fuera por el dinero que cada mes le quita de su sueldo la Seguridad Social (supuestamente por su propio bien, claro).

La izquierda ha ondeado a menudo la bandera de los derechos cuando habla de las pensiones. Por eso, los sindicatos protestan cuando algún Gobierno propone elevar la edad legal de jubilación. Y se apoyan en encuestas como la publicada este miércoles, que asegura que el 74% de los españoles no quieren retrasar su retiro (de 65 a 67 años). Pero ni UGT ni CCOO cuestionan nunca este insostenible sistema.

En la acera opuesta, la receta liberal es sencilla: que cada uno se jubile cuando le dé la gana y que cobre en función de lo que haya aportado a lo largo de sus años de trabajo. Algo tan sencillo, comprensible y claro que es difícil encontrar un argumento en contra. Salvo el de los intereses creados de unos políticos (de todos los partidos) que quieren tener en su poder un instrumento electoral tan poderoso como son las pensiones.

Los datos
Hay numerosos estudios realizados sobre cuánto podría ganar un ciudadano si capitalizara (invirtiera) lo que le quita cada año la Seguridad Social. Quizás uno de los más completos y claro sea el que realizó hace unos años el Instituto Juan de Mariana (Juan Ramón Rallo, Raquel Merino y Philipp Bagus).
Los autores cogieron dos supuestos: un trabajador con el sueldo medio y otro con el salario mínimo interprofesional. Supusieron que cada uno de ellos aportaba al Ibex 35 lo mismo que a la Seguridad Social (y reinvertía beneficios, por supuesto). Incluso, para aquéllos que aleguen que el sistema también debe cubrir a los más necesitados (discapacitados, gente que no ha podido cotizar, etc...), hacen el cálculo suponiendo que el 25% de lo acumulado va a parar a un fondo común para cubrir estas necesidades.

Las conclusiones a las que llegaron no pueden ser más demoledoras para el sistema público en vigor. Un trabajador medio que hubiera entrado al mercado laboral con 25 años en 1992 podría jubilarse en 2012 con una pensión de, aproximadamente, 2.169 euros. Y quitando ese 25% de fondo común (un porcentaje mayor del que seguramente sería necesario), aún le quedarían 1.627 euros al mes.


Pero no sólo este trabajador, más o menos favorecido, que cobra el sueldo medio podría jubilarse dignamente a una edad más temprana que con el sistema público. Alguien que hubiese cobrado sólo el salario mínimo interprofesional también podría retirarse con 45 años y cobrar unos 780 euros al mes (una cantidad baja, pero en línea con la pensión media actual, próxima a los 870 euros al mes).
Y si en vez de jubilarse con 45 años lo hacen con 55 (tras treinta años trabajando), las cantidades se disparan. Frente a estas cifras, más de la mitad de los pensionistas españoles cobran menos de 800 euros a los 65 años. Y sin ningún capital acumulado que poder legar a sus descendientes en caso de fallecimiento.
Porque hay que tener en cuenta que esa pensión sería la renta del capital acumulado. Y ese capital sería importantísimo, cercano al millón de euros en algunos casos. Es decir, que los españoles serían más ricos, estarían más tranquilos ante su futuro y podrían dejar a sus hijos una herencia mucho más importante. Con el sistema actual, si un trabajador muere con 65 años, todo lo que ha cotizado se evapora; con un sistema de capitalización, se lo quedarían sus herederos.
Evidentemente, no serían los ricos, que ya tienen sus propios planes privados, los que se beneficiarían de esto, sino las clases medias y los más pobres, que dispondrían de unas pagas dignas y podrían jubilarse mucho antes. Pero claro, entonces no estarían en manos de sus políticos, que cada mes les recuerdan que el dinero de sus pensiones sale de los Presupuestos Generales del Estado que el Gobierno controla.

miércoles, septiembre 08, 2010

España se convierte en el país de los jóvenes "ni-nis"

 Otro de los grandes logros de las políticas de izquierda. Mucho presumen de políticas sociales, de que representan el progreso... ya se ve, ya... Mucha propaganda y mientras tanto están estropeando el futuro de varias generaciones de españoles y del propio país...

España es el país de los jóvenes "ni-ni", es decir, que no estudian ni trabajan. Así se desprende del informe de la OCDE que afirma que un 19,4% de los jóvenes entre 20 y 24 años está en esta situación. Este porcentaje no para de crecer año tras año mientras que en el resto de países está cayendo.

La OCDE presentó este martes su informe anual sobre la situación de la educación. Según informa ABC, los datos son muy preocupantes para España puesto que es el segundo país de Europa con mayor porcentaje de jóvenes entre 20 y 24 años que ni estudia ni trabaja, conocidos como generación ni-ni. En total un 19,4 por ciento vive en esta situación.

En total sólo Italia supera a España, con un 22 por ciento. Sin embargo, los datos son bastante preocupantes puesto que la tendencia está lejos de disminuir. De hecho, entre 2000 y 2008 el porcentaje ha pasado del 15 al 19,4 por ciento en España mientras que en el conjunto de la OCDE ha descendido. Tras pasar del 18,2 al 14,7 por ciento.

Por otra parte, un 22 por ciento de los ciudadanos españoles han completado la Educación Secundaria Postobligatoria, frente al 44 por ciento de la OCDE y el 47 por ciento de la UE, según señala el informe 'Panorama de la Educación 2010', que apunta que las diferencias con el resto de países son todavía "notables".

Este informe anual, presentado en Madrid por la secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, se dio a conocer de forma simultánea en la sede de la OCDE en París, donde se facilitaron los datos de todos los países pertenecientes a esta organización, tal y como recoge Europa Press.

Si bien los indicadores españoles en educación postobligatoria son inferiores a los de la media europea y la OCDE, el documento también indica el importante avance en el nivel de formación de la población adulta española: el número de jóvenes de entre 25 y 34 años que hoy tienen un título de Bachillerato, FP de Grado Medio o enseñanzas superiores (65%) es más del doble del de hace 30 años (29%). En consecuencia, la esperanza de vida escolar, que se sitúa en España en 17,2 años, se acerca a la media de la OCDE (17,6) y la UE (17,7).

Entre el resto de los países se observan diferencias escasas, excepto en el alumnado de Finlandia, que supera los 21 años de esperanza de vida escolar, y en el alumnado de México que, por el contrario, es el que menor número de años espera permanecer escolarizado (14,5 años).

"La apuesta que los jóvenes hacen hoy por la educación ha logrado que España haya mejorado su nivel de formación más rápido que cualquier otro país, que tengamos más titulados superiores que la mayoría y que estemos dando el empujón definitivo a nuestra gran debilidad, la Secundaria postobligatoria y, especialmente, la FP de Grado Medio", ha indicado Almunia.

lunes, septiembre 06, 2010

Los indicios de una negociación encubierta

 El PSOE y el Gobierno vuelven a hacer de las suyas. No han aprendido de la "tregua de la T4"... ¿Cuántas mentiras tendremos que escuchar esta vez? ¿Cuántas falsedades? ¿Cual será el precio?

Desde que Mayor Oreja alertara de que la negociación estaba en marcha, muchos han sido los indicios que han venido demostrando que tenía razón hasta la confirmación final con el último comunicado de la banda terrorista.


Mayor lanzó su aviso en marzo y en abril saltó el primer indicio, con la puesta en libertad de Rafael Díez Usabiaga, uno de los principales representantes del entorno de ETA en prisión. El juez Baltasar Garzón, contra el criterio del fiscal, decidió aceptar su petición de ponerle en libertad bajo fianza porque su madre dependiente deseaba que fuera él quien la cuidara. Pronto se descubrió que todo era un montaje: no existía aún documento alguno que probara la supuesta dependencia de la mujer. Además, Usabiaga tenía otras dos hermanas que podrían haberse hecho cargo de ella. Pese a ello, el batasuno continuó, y continúa, en libertad. Además, no se le ha visto por Lasarte. A su madre, sí: paseando.

Otro de los hechos que fueron corroborando la tesis de Mayor tuvo que ver con Arnaldo Otegi, el "hombre de paz" de Zapatero. También en abril obtuvo permiso para salir de la cárcel y visitar a su padre enfermo. Por ese motivo, fue trasladado desde Madrid a la cárcel vasca de Martutene. Como reveló LD, no volvió: a pesar de que no tenía ninguna autorización judicial para permanecer allí, el batasuno seguía disfrutando de un acercamiento de facto. Pocos días después de trascender la noticia, el Gobierno decidió trasladar a Otegi a Logroño, otra prisión cercana a su lugar de origen. Alegó "razones penitenciarias".

Con cuentagotas, continuaron conociéndose detalles de los privilegios que disfrutaban otros presos de la banda terrorista menos conocidos, algunos de los cuales sanguinarios. Varios de ellos estaban en la prisión alavesa de Nanclares de Oca gozando de permisos especiales que les permitían salir de la cárcel diariamente para estudiar o trabajar. Otros estaban a punto de lograr permisos similares. La respuesta de Rubalcaba fue cuando menos sorprendente: dijo ante la prensa que en Nanclares de Oca no hay presos de ETA. Se basaba en su supuesto arrepentimiento y petición de perdón por sus delitos. Las víctimas pronto le desmintieron.
Además de los hechos, ha habido declaraciones, como la del ministro del Interior, que han puesto sobre aviso a muchos. Las más destacadas, las de Jesús Eguiguren, que insistía en defender una solución dialogada a los años de terror y la vía de la negociación. Llegó a sugerir que Batasuna debía ser legalizada, algo que obligó a Rubalcaba a desautorizarle. Mayor denunció el teatro entre ambos. Por otro lado, Zapatero, en una entrevista concedida a El País, citó entre sus logros de estos seis años de gobierno su fracasada negociación con los terroristas. Textualmente, afirmó que "sembró una solución definitiva".

En estos meses, el entorno de la banda terrorista ha venido haciendo movimientos destinados a pedir una negociación y sugerir su alejamiento de los atentados terroristas –sin condenarlos en ningún momento–, con el objetivo claro de poder estar presentes en las elecciones de 2011. El último documento conocido fue el que trascendió el pasado viernes, en el que pedía a ETA un alto el fuego "verificable internacionalmente". Su presencia en las calles, a través de manifestaciones, ha sido creciente. Por otro lado, cabe destacar el papel creciente que están tomando en los últimos meses mediadores profesionales como Brian Currin. Este último dejaba ver recientemente la existencia de una negociación en marcha.

Los últimos indicios, muy recientes, han tenido que ver con los escoltas y la decisión de Interior de quitárselos a varias decenas de cargos políticos y empresarios en el País Vasco.