sábado, septiembre 05, 2009
La TV portuguesa de PRISA cancela un informativo por destapar escándalos socialistas
El informativo líder de audiencia, Jornal Nacional ha sido cancelado por TVI, propiedad de PRISA, previsiblemente para evitar que este mismo viernes emitieran un reportaje sobre un escándalo de presunta corrupción que salpica al primer ministro socialista, José Sócrates, informa El Mundo.
Informar sobre los escándalos del Gobierno portugués le ha servido a Jornal Nacional para alcanzar los mayores ratings de audiencia de los viernes por la noche, pero también para acabar siendo cancelado de un día para otro. Con esta operación, PRISA evita que el programa que presenta la periodista Manuela Moura Guedes emita un reportaje que añadía nuevas informaciones sobre el caso Freeport, un escándalo de corrupción urbanística que salpica al actual presidente portugués, el socialista José Sócrates.
Esta maniobra se produce a escasas tres semanas de las elecciones, y en el primer programa que emitiía Jornal Nacional tras la pausa vacacional. La decisión ha provocado la dimisión en bloque de los informativos de la cadena, que considera que tiene motivos fundados para dudar de que el programa haya sido cancelado por los "motivos económicos" que alega PRISA.
Los grupos políticos portugueses no dudan que se trata de una estrategia de los socialistas para evitar caldear el ambiente antes de los comicios, y han manifestado públicamente sus sospechas de la intervención directa del Gobierno en los medios públicos. El socialdemócrata Aguiar Branco ha llegado a calificar que "se trata de uno de los mayores atentados contra la libertad de información desde la Revolución del 25 de Abril de 1974", posición con la que coincide el líder de los cristianodemócratas, Paulo Cortas "es una orden del Gobierno socialista, a través de su aliado socialista".
Parece ser que PRISA repite maniobras en Portugal para favorecer a los Gobiernos afines, hecho del que la entidad reguladora de la comunicación ya ha tomado nota, y ha abierto una investigación con carácter de urgencia. El presidente de la asociación Azeredo Lopes ha declarado que se trata de una "práctica inaceptable en período electoral", y ya ha solicitado las declaraciones por escrito de todos los periodistas del informativo.
Los socialistas negaron en el Parlametno ningún tipo de implicación con la cancelación del Jornal Nacional, y consideraron que las acusaciones son "totalmente falsas". Por su parte, el primer ministro José Sócrates ya había hablado de su manifiesta aversión por este telediario, al que calificó como "una caza al hombre, un informativo travestido de hecho, de odio y persecución personal", y ha vuelto a evidenciarlo.
miércoles, septiembre 02, 2009
El paro registrado sube en 85.000 personas: el Plan E no evita la debacle
La subida del desempleo en agosto es, sin embargo, inferior a la registrada en igual mes de 2008, cuando el desempleo subió en 103.085 personas, marcando el peor dato de la serie. El aumento de agosto de este año supone así el segundo peor registro en este mes desde 1996, que es cuando comienza la serie comparable del desempleo.Según los datos registrados en los Servicios Públicos de Empleo y difundidos hoy por el Ministerio de Trabajo e Inmigración, en los últimos doce meses, es decir, desde agosto de 2008 (cuando subió en 103.085) el paro ha aumentado en 1.099.079 personas (el 43,44%).
La secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, destacó en un comunicado que los datos de agosto se han visto afectados por las nuevas incorporaciones al mercado laboral, la finalización de contratos de temporada y una menor contratación. Además, señaló, desde 2001, en años "de fuerte creación de empleo", el paro ha venido subiendo de forma "ininterrumpida" durante el mes de agosto.
Según los registros del Inem, en el último año, un total de 1.099.079 personas han pasado a engrosar las listas del desempleo, lo que representa un crecimiento interanual del 43,44%.
El paro subió en agosto en ambos sexos, aunque más entre los hombres. Así, el desempleo masculino se incrementó en 47.863 personas (+2,7%) respecto a julio, mientras que el femenino aumentó en 37.122 mujeres (+2,1%).
Sólo en la agricultura hay menos parados
Por sectores, sólo la agricultura redujo su número de parados en el octavo mes del año, aunque levemente, con 83 desempleados menos en sus filas (-0,09%).
En el resto de sectores aumentó el paro, especialmente en los servicios, que se apuntaron 47.805 desempleados más (+2,3%), y la construcción, donde el paro repuntó en 20.400 personas (+2,9%). Por su parte, la industria registró 11.471 desempleados más (+2,4%), y el colectivo sin empleo anterior sumó 5.392 nuevos parados (+2,1%).
En cuanto a la contratación, en agosto se registraron en el Inem un total de 944.823 contratos, un 10% menos que en igual mes de 2008. La contratación fija ascendió el mes pasado a 68.735 contratos, el 7,3% del total y cifra un 29,5% inferior a la de agosto de 2008.Sube en 14 comunidadesEl empeoramiento del empleo en agosto también se ha notado, aunque menos, entre los extranjeros, cuyo número de parados ha aumentado en 6.492 personas (+1,3%) respecto a julio. En total, los inmigrantes en paro sumaban al finalizar el mes pasado 488.570 desempleados, con un repunte de 208.272 parados (+74,3%) en el último año.
Por edades, el desempleo subió entre los mayores de 25 años en 80.760 personas (+2,6%), mientras que entre los menores de dicha edad el aumento fue mucho menor, con 4.225 desempleados más (+1,03%).
En agosto, el paro subió en 14 comunidades, encabezadas por Cataluña y Andalucía, con 23.218 y 17.451 desempleados más, respectivamente, y únicamente bajó en tres regiones: Navarra (-339 desempleados), Canarias (-298 parados) y La Rioja (-209 desempleados).
Por provincias, el paro descendió en 11 de ellas, principalmente en Las Palmas (-489 parados) y Melilla (-420), y subió en las 41 restantes, lideradas por Barcelona (+17.925 parados) y Madrid (+8.495).
lunes, agosto 31, 2009
Japón, la ruina de un modelo intervencionista
Si el PRI, la dictadura perfecta, terminó cayendo en México tras 70 años en el poder, el Partido Liberal Demócrata (PLD) de Japón no podía ser menos. Después de casi 55 años de gobierno ininterrumpido –valiéndose de una red clientelar que se extendía por casi toda la sociedad, desde la agricultura a la construcción, pasando por los bancos– su propia incapacidad para resolver el estancamiento en el que vive la economía nipona desde principios de los 90 y los continuos escándalos de corrupción han terminado por desalojarlo del poder.
El recambio va a ser el Partido Demócratico Japonés (PDJ), una amalgama de grupos opositores fundado en 1998 más como una coalición anti-PLD que como representantes de una corriente ideológica unitaria. Entre sus filas se integran desde la derecha liberal a miembros del antiguo Partido Socialista, pasando como no podía ser de otro modo por los centristas (el Nuevo Partido Sakigake), liderados por el futuro primer ministro Yukio Hatoyama.
Resulta complicado, por consiguiente, prever cuál va a ser la dirección que emprenderá Japón en los próximos años; el PDJ, por ejemplo, se declara equidistante entre el libre mercado y el Estado de bienestar y en 2003 encabezaron las manifestaciones contra la guerra de Irak, prometiendo un distanciamiento de Washington que ahora quieren implementar con matices.
Lo que sí parece que tienen claro es la necesidad de romper el famoso "triángulo de hierro japonés" sobre el que sedimentó el PLD su control de la sociedad. Básicamente, el Gobierno y la burocracia controlaban los bancos y a través de ellos a las grandes empresas y al conjunto de los japoneses: la burocracia asignaba proyectos de obra pública a las corporaciones (fundamentalmente de la construcción) gracias a la financiación que obtenía de los bancos, de modo que la vida de millones de trabajadores, proveedores, ahorradores y políticos locales pasaron a depender del favor de los altos funcionarios del Ministerio de Economía. Si el Gobierno dejaba de meter nuevo dinero en muchas empresas, éstas se veían abocadas a la quiebra, arrastrando al paro a numerosos empleados y a la bancarrota a muchos bancos, depositarios de los ahorros de los japoneses.
Hatoyama ha prometido arrebatar el poder a la burocracia y al ministro de Economía, al hacer transparentes y revisables por el Parlamento las decisiones del Programa de Inversión y Préstamos Públicos (hasta ahora gestionados en exclusiva por el ministro de Finanzas y sus funcionarios). Una misión nada fácil y que ya intentó Junichiro Koizumi, primer ministro del PLD entre 2001 y 2006, al privatizar el servicio postal de correos (propietario de la mayor caja de ahorros del mundo, de donde obtenía financiación el Gobierno para sus programas de obra pública), pero que no pudo completar por la renuencia reformista de sus tres sucesores. Una defensa del statu quo que ha terminado por costarle las elecciones al PLD y por consolidar el estancamiento de la economía.
Al fin y al cabo, el triángulo de hierro colapsó formalmente a principios de los 90 con el estallido de la burbuja financiera e inmobiliaria de Japón, pero el PLD se negó a liquidar las milmillonarias malas inversiones, privatizando los bancos y dejando quebrar a las grandes constructoras. En lugar de favorecer el necesario reajuste de la economía, optaron por tirar de gasto público para mantener artificialmente con vida una estructura productiva decadente y nada emprendedora: los préstamos impagados se sustituían por nuevas inyecciones de capital público por parte del Gobierno para seguir financiando ruinosos proyectos de las grandes constructoras. El Ejecutivo se ha comido literalmente el elevado ahorro de los nipones, contrarios a seguir consumiendo y endeudándose cuando el Estado ya acumula una deuda pública sobre el PIB del 200% (y creciendo, en 2009 se espera que el déficit público cierre en el 10%). No en vano, desde 2001, numerosos analistas, incluyendo a sus ministros de Economía, han venido sostenido que el país está al borde de la quiebra.
El mundo, pero especialmente España, debería aprender algunas lecciones de las dos décadas perdidas de Japón. Primero, salvando las distancias culturales, la estructura caciquil de Japón presenta parecidos preocupantes con la española, donde los políticos controlan las cajas de ahorro y gracias a ellas a numerosas empresas en dificultades. La economía que puede engendrar un sistema semejante sólo puede terminar respondiendo a los intereses de los políticos y nunca al de los consumidores: una especie de socialismo de mercado con el que ya teorizaron los soviéticos.
La segunda es que la estrategia que está siguiendo el Ejecutivo de Zapatero sólo puede abocarnos
a la ruina absoluta: los programas de obra pública, como el Plan E, que Japón multiplicó en los últimos 20 años sólo evitan el necesario y sano reajuste de la economía e hipotecan el futuro de sus ciudadanos. Tampoco sirven de nada los recortes fiscales financiados con déficit público, como también han comprobado los japoneses en repetida ocasiones y como comprobamos en España con los famosos 400 euros. El keynesianismo, el recurso al endeudamiento del Estado para estimular la demanda interna, cuando es aplicado de manera consistente sólo lleva a la ruina absoluta: desde 1993 Japón no ha cerrado ni un solo ejercicio con equilibrio presupuestario y ahora lamenta las consecuencias.
Tercero, evitar a toda costa y por cualquier medio que las empresas, incluyendo a los bancos, quiebren no conseguirá reanimar la economía, sino que la postrará en la depresión. Antes de inyectar dinero público en alguna empresa, debe estudiarse si atraviesa un problema puntual de liquidez o si su insolvencia es tan mayúscula que será incapaz de sobrevivir sin sucesivos apoyos del Estado.
Y la cuarta, más de cariz político, es que una crisis económica no es ninguna garantía para que la oposición gane las elecciones. Más bien al contrario, genera las condiciones propicias para crear todo tipo de redes clientelares y comprar votos. Japón lleva dos décadas en crisis y sólo ahora el PLD ha sido desalojado.
Zapatero y Rajoy, cada uno por su lado, deberían echar una mirada al escenario nipón.