La carrera de obstáculos que están suponiendo las obras del AVE a Barcelona no ha acabado todavía. El diario La Razón revela que Fomento incumple diversas normas de seguridad de cara a ganar en su contrarreloj para inaugurar la obra antes del 9-M. Maquinistas no cualificados, siniestralidad laboral o la comunicación entre el tren y la vía son algunos de los puntos críticos.
La ministra Magdalena Álvarez tiene prisa por acabar las obras, pese a las evidentes pruebas de que no están listas. La Razón menciona que los fallos en la seguridad, constantes, y las restricciones en el servicio, son la tónica general. A pesar de que el paro de maquinistas previsto a partir del 19 de febrero ha sido desconvocado hoy mismo por la CGT, otros acontecimientos como el de la catenaria y la nueva fase de las obras iniciada hoy (para configurar el esquema de vías de la estación de Sants), motivarán molestias y retrasos para los usuarios.
Son precisamente los mencionados fallos en la seguridad, según fuentes cercanas al propio Ministerio consultadas por el diario La Razón, lo que hacen, aún a día de hoy, peligrar la nueva línea. Y es que "las prisas inauguradoras parecen ser más importantes que la seguridad", indicaban sindicatos ferroviarios.
En primer lugar, la formación de los encargados de conducir las poderosas máquinas del AVE ha sido reducida drásticamente de cuatro meses a cursos de tan solo doce días de duración. CGT y el Partido Popular denuncian, menciona La Razón, que es imposible una correcta formación del personal durante ese tiempo.
También se reincide sobre el tema de los excesivos turnos, de incluso 24 horas, que el diario La Razón dice se están realizando para acabar a tiempo: el administrador de infraestructuras (Adif) ejerce un escaso control sobre las empresas subcontratadas en una obra en la que ya han perdido la vida nada menos que 10 trabajadores.
Asimismo, las escasas pruebas en los tramos más conflictivos –como los últimos 15 kilómetros desde Sant Vicenç dels Horts a Sants, carece del sistema de comunicación necesario entre el tren y la vía (lo que obligaría al convoy a ir por la vía casi a ciegas). El período de prueba entre Hospitalet y Sants, también problemático, ha sido de sólo dos semanas cuando expertos señalan que sería necesario un mes.
Finalmente, La Razón menciona que la improvisación y las prisas han logrado que también se incumpla la Ley de los Derechos de los Usuarios, que obliga a reconocer las tarifas y frecuencias un mes antes, habiéndose realizado tal aviso tan solo una semana antes.
sábado, febrero 16, 2008
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