Por una ironía del destino, el kilómetro cero del nuevo Gobierno coincide con el 77 aniversario de la II República. Un referente ideológico machacón de Zapatero. La realidad es que ni el modelo fue el summun de la libertad, ni un ejemplo de limpieza democrática.
A priori, esa II República que Zapatero invoca constantemente como icono, no era una mala idea. Venía a liquidar un régimen (el de la Restauración, culminada con el desastre de Marruecos y la Dictadura de Primo de Rivera), marcado por la corrupción y el caciquismo.
El 14 de abril de 1931 suscitó grandes expectativas, porque traía una bocanada de aire fresco a un sistema caduco, inestable, y nada democrático. Era la gran oportunidad de la regeneración, como han destacado historiadores y estudiosos.
Los “hijos de Joaquín Costa” llegaban al poder, señala el historiador José Luis Orella.
Pero el sueño de la II República se vio frustrado bien pronto. Izquierda y derecha no sólo no se pusieron de acuerdo, sino que jugaron a excluirse mutuamente; los gobernantes se dejaron llevar por los personalismos y el sectarismo; la legalidad fue burlada repetidas veces de forma grave y descarada; los derechos y libertades, pisoteados; Gobierno y oposición recurrieron a la violencia, y entre unos y otros fueron deslizándose hacia el enfrentamiento civil.
Guerra y prólogo
El estallido vino con el enfrentamiento cainita de 1936; pero hubo un prólogo dos años antes, con la Revolución de Asturias.
El balance de la experiencia republicana que Zapatero tanto ha reivindicado en la anterior legislatura, no es como para sentirse especialmente orgulloso, pese a las buenas intenciones y a algunos aciertos aislados
Quedan, para Historia, episodios tan negros como:
- la represión de Casas Viejas;
- la Revolución de 1934 -alentada por el socialista Largo Caballero-, con un balance de 1.300 muertos;
- un presidente -Alcalá-Zamora- impidiendo que gobierne el líder del partido más votado;
- una Constitución, la de 1931, nacida con el grave déficit de haber sido aprobada sin la derecha, y sin referéndum;
- Azaña manipulando para desalojar al presidente;
- El socialista Indalecio Prieto conchabado con los agentes de Stalin…
Hubo víctimas de todo signo.
Mártires religiosos
De una parte, más de 6.800 sacerdotes y religiosos, y 11 obispos, muertos y torturados, con un odio a la religión sin precedentes en Europa, como escribe Hugh Thomas. Y centenares de católicos ejecutados y perseguidos simplemente por ir a misa, como decía Salvador de Madariaga.
… y mártires marxistas
De otra parte, historias tan sangrientas como la desaparición y muerte del comunista Andreu Nin, líder del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), desollado vivo por agentes de Stalin, con la complicidad de Juan Negrín, jefe de Gobierno, miembro del mismo partido de Zapatero.
Es verdad que influyen, la época y las complejidades de aquel contexto (la España y la Europa de los años 30). Pero algunos de los errores políticos y de las actitudes de fondo tienen un sorprendente paralelismo con la era Zapatero.
Por ejemplo, excluir a la oposición; dividir a los españoles; ofender/perseguir a amplios colectivos, en sus más íntimas creencias, y negociar con violentos y totalitarios.
martes, abril 15, 2008
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