Dos recientes informes muestran el bajo nivel de la educación en España. El IEA sitúa la capacidad de lectura de nuestros escolares sólo por encima de la Bélgica francófona y de Rumania dentro de la UE-27. Y el informe PISA vuelve a situar a España por debajo de la media de la OCDE, con caídas en matemáticas y especialmente en comprensión lectora. Rodríguez Zapatero ya ha encontrado culpable por la pobre situación de nuestra educación: son los padres. A su juicio, lo que más determina la educación de una generación es la que tuvieron sus padres, por lo que los sistemas educativos no pueden ser comparados si no se tiene en cuenta la evolución y el punto de partida de cada uno.
En unas jornadas organizadas por The Economist Zapatero se ha referido, aunque sin mencionarlo, al Informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) de 2006, publicado hoy, según el cual el nivel de comprensión lectora de los alumnos españoles de 15 años ha descendido de forma "muy notable", el de matemáticas es "ligeramente inferior" y el de ciencias apenas varía respecto a 2003.
Según Zapatero, "es muy frecuente poner interrogantes a nuestro sistema educativo cuando aparece un estudio internacional comparativo", aunque ha señalado que "deberíamos hacer justicia con nuestro país, porque todos los sistemas educativos han de ser analizados en función de la evolución y de dónde ha partido cada uno". Es entonces cuando ha dicho que "lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres, junto a la que recibe en el sistema educativo". Acto seguido ha pasado a decir que en España ha habido muchas generaciones con bajo rendimiento educativo en la historia reciente.
En este sentido ha apuntado que sólo seremos justos en la comparación de España respecto a otros países cuando se pueda establecer "el reloj comparativo a cero", y esto se producirá cuando haya una generación anterior con un alto porcentaje de personas que hayan estudiado más allá del periodo obligatorio o que tengan un alto conocimiento de idiomas.
A partir de ahí ha comenzado a desgranar sus objetivos para la educación si sigue como presidente en la próxima legislatura. Pretende que los estudiantes cuenten con incentivos para conseguir que cuatro de cada cinco estudien más allá del ciclo obligatorio, al igual que impulsar la investigación universitaria dotándola de más recursos. Otro de los desafíos de España para los próximos 10 ó 15 años, según Zapatero, es comprobar si se ha cumplido la integración de los extranjeros cuando sus hijos, los inmigrantes "de segunda generación" que hoy estudian, culminen su integración laboral.
A su juicio, España, por la "juventud del fenómeno de la inmigración", aún está a tiempo de desplegar políticas que ayuden a que los hijos de los inmigrantes no queden en una posición de desigualdad ante el conjunto de los ciudadanos, porque ahí "nos jugaremos como país el futuro en materia de convivencia". Además Zapatero ha insistido en la necesidad de que la UE establezca una política de control de la inmigración común para abordar la llegada masiva de personas de forma irregular.
No obstante, ha apuntado que evitar la inmigración ilegal pasa no sólo por el control fronterizo, sino también por dar más oportunidades desde los países de origen, como está haciendo España, ha resaltado, con Senegal.
martes, diciembre 04, 2007
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