La NASA acaba de rebajar al 43% el impacto del CO2 sobre el calentamiento global. El principal eco-profeta del planeta, Al Gore, admite ahora que el CO2 no es el principal causante del cambio climático, contradiciendo así las conclusiones vertidas en su documental Una Verdad Incómoda.
El ex vicepresidente de EEUU Al Gore, Premio Nobel en 2007 gracias al éxito de su documental Una Verdad Incómoda, admite ahora que la mayor parte del calentamiento global registrado hasta 2001 no responde a las emisiones de CO2.Las apariciones públicas de Al Gore se han disparado en los últimos días a raíz de la publicación de su nuevo libro Nuestra opción: un plan para resolver la crisis del clima (Our Choice), que viene a ser la segunda parte de Una Verdad Incómoda. En dicha obra Al Gore analiza los pros y contras de desarrollar fuentes de energía alternativa como la energía solar, la eólica, geotérmica, la biomasa o la nuclear.
Sin embargo, pese a las numerosa crónicas y entrevistas publicadas al respecto, tan sólo una incide en algo que, para muchos, ha pasado desapercibido. La prestigiosa revista Newsweek es la encargada de lanzar la nueva verdad incómoda a Al Gore y sus acólitos.
Y es que un reciente estudio elaborado por el Instituto Goddard de la NASA, publicado en la revista Science, ha recalculado el impacto de los diferentes gases sobre el calentamiento global. Y la conclusión es que su peso relativo sobre el cambio climático difiere de las estimaciones anteriores, tomadas como verdad irrefutable por los ecologistas y seguidores de Al Gore.
Así, el metano es el responsable del 27% del calentamiento, los halocarbonos causan el 8% y el carbono negro (emisiones de hollín por la combustión de madera, estiércol y gasóleo) el 12%. El peso del CO2, que durante años ha sido el demonio a perseguir por los movimientos ecologistas, se reduce al 43%, según este mismo informe.
Ante tales datos, Al Gore responde: "Durante años he estado centrado, sobre todo, en el CO2, y creo que sigue estando justificado [...] Pero un plan integral para resolver la crisis climática tiene que ampliar el enfoque" para abarcar estrategias que incluyan medidas contra todos los culpables del efecto invernadero que identifica el estudio de la NASA. Algo que, por otra parte, podría dificultar el logro de un consenso político de cara a la Cumbre de Copenhague del próximo diciembre.
Durante la elaboración de su último libro, Al Gore ha mantenido numerosos contactos con los autores del citado informe. De este modo, reconoce ahora que el tan temido CO2 -un gas fundamental para la vida, por cierto- no es ya el principal responsable del calentamiento global.
Y es que, el efecto del metano en el proceso de calentamiento global de la atmósfera se ha subestimado en exceso, según concluye el estudio, que sugiere que los modelos y los controles actuales de emisiones deberían ser revisados. El profesor Drew Shindell, del Instituto Goddard, dirigió el estudio. La conclusión principal es que el impacto del metano en la temperatura global del planeta es un 30% mayor de lo que se pensaba hasta ahora.
El problema, según Shindell, es que las estimaciones realizadas anteriormente no han tenido en cuenta la interacción del metano con los aerosoles, la mezcla heterogénea de partículas sólidas o líquidas suspendidas en un gas que hay en la atmósfera. Cuando este efecto indirecto es incluido, una tonelada de metano multiplica por 33 -y no por 25 como se pensaba hasta ahora- el efecto de calentamiento de la atmósfera que tiene una tonelada de dióxido de carbono (CO2) en un periodo de cien años.
En declaraciones al diario británico The Times, este científico expresó la importancia de adoptar medidas que permitan frenar las emisiones de metano, procedentes principalmente de la ganadería, el cultivo de arroz y las explotaciones de carbón y gas natural, informa Efe.
Se calcula que el metano es el segundo gas de efecto invernadero con mayor impacto en el calentamiento global, por detrás del CO2, y el responsable de un quinto del aumento de las temperaturas. La ventaja sobre las emisiones de CO2 es que el metano se descompone mucho más fácilmente, por lo que el efecto de las medidas para contrarrestarlo se notarían con mayor rapidez. Shindell subrayó que este tema debe tener una importancia capital en la cumbre del clima que se celebrará en Copenhague en diciembre.
EEUU no cree la tesis de Al Gore
La nueva obra de Gore llega a las librerías en un momento delicado, ya que la mayoría de estadounidenses no considera que el hombre sea el principal responsable del calentamiento global.
Por último, el ecologista por excelencia también ha tenido que salir al paso de numerosas críticas por haberse enriquecido con todo lo relacionado con el cambio climático. ¿Se está enriqueciendo Gore con el movimiento verde?, publicaba The New York Times.
Su respuesta nuevamente es clara. No lo niega, tan sólo lo defiende: "Llevo décadas impulsando la reducción de las emisiones de CO2 y el cambio a las energías renovables [...] Creo que todos debemos invertir de acuerdo con nuestras convicciones y nuestros valores, y eso es lo que he hecho". El problema es que su riqueza proviene no del libre mercado, sino de las políticas gubernamentales aplicadas por Barack Obama.
En una entrevista a ABC Morning News afirmó: “Pongo mi dinero en donde hay oportunidad y estoy orgulloso de mi inversión de los 30 últimos años. Repito que no representa la mayoría de mis actividades económicas, pero invierto en empresas que son compatibles con mis valores y creencias”. ¿Cuestión de matices?
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