jueves, agosto 16, 2007

Escocia «pasa» de los independentistas

Laboristas, conservadores y liberales rechazan la consulta que proponen los nacionalistas

Aunque el Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) fue el vencedor de las recientes elecciones regionales celebradas en mayo, los escoceses no se muestran claramente independentistas. La propuesta de un referéndum sobre la independencia del país, lanzada el miércoles por el Gobierno autónomo del ministro principal, Alex Salmond, no parece contar con un amplio respaldo popular, a pesar que sus 47 diputados le dan la mayoría -por un escaño- frente a los laboristas, que estaban hasta ahora al frente del Gobierno autónomo.
Al menos eso es lo que se deduce de la cantidad de opiniones, a favor y en contra, que los ciudadanos han dejado en la página web del Ejecutivo escocés. Ayer eran 480, contando con que también se registraron mensajes de ciudadanos británicos en general. Teniendo en cuenta que la población de Escocia apenas supera los 5 millones de habitantes y descontando a los menores de 18 años, el porcentaje de escoceses interesados por la propuesta se queda en un pobre 0,01%.
Sentido práctico
Muchos de los participantes en el «blog» oficial consideran que la propuesta es muy poco práctica, como subraya Chris Adams desde Glasgow: «La independencia es una enorme apuesta que deja un escaso beneficio comparada con sus riesgos». Si bien es cierto que un considerable número de ciudadanos expresa una notable insatisfacción histórica con el trato recibido desde Londres, no son tantos los que abogan por una independencia inmediata. Como mucho, la mayoría apoya o acepta la realización del referéndum. Incluso un concejal conservador escocés, Gordon McCaskill, afirma que se siente «completamente relajado» acerca de la consulta y aduce motivos prácticos, como el difícil sostenimiento de la Seguridad Social.
El caso es que, si los ciudadanos de a pie «pasan» y exigen al Gobierno de Salmond soluciones a sus problemas cotidianos, los políticos de los grandes partidos nacionales tampoco se quedaron parados y firmaron un comunicado conjunto en el que rebaten, punto por punto, los argumentos que utiliza el líder nacionalista escocés para apoyar su idea. Para conservadores, laboristas y liberales, el proyecto es «un despilfarro» que sólo creará «división e incertidumbre».
Con este ambiente político es prácticamente imposible que la propuesta de Salmond encuentre el más mínimo respaldo en el Parlamento escocés, donde los tres partidos «nacionales» mencionados suman 79 de los 129 escaños de la Cámara. Ni siquiera aliado con los demás lograría tener más de 50 diputados a su favor. La propuesta nacionalista no tiene visos de prosperar, al menos en un futuro inmediato. Pero los independentistas insistirán: la convocatoria era no de los ejes de su programa electoral.

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