Pescanova cerró este jueves definitivamente su acuerdo para construir la mayor planta de rodaballo del mundo en Mira, Portugal. Gracias a la histeria paisajística de la Xunta del bipartito, Galicia se ha perdido de una inversión de 140 millones de euros, 300 puestos de trabajo directos y 200 indirectos.
La multinacional gallega Pescanova firmó con el Gobierno portugués el acuerdo para sacar adelante la planta de cría de rodaballo más grande del mundo, después de que la Xunta de Galicia impidiese su construcción en la Costa de la Muerte. Estará situada en Red Natura, la misma categoría utilizada por el Gobierno autonómico gallego para impedir su construcción en Galicia.
El ministro portugués de Economía e Innovación, Manuel Pinho, presidirá hoy al firma con Fernández Sousa del contrato de inversión, que se eleva a 140 millones, y que allí se considera como "un proyecto de referencia a nivel mundial en el área de la acuicultura, en términos de tecnología, dimensión y proyección ambiental".
Pescanova producirá en Portugal 7.000 toneladas al año e incluirá una planta de procesado. En total se crearán 300 puestos de trabajo, de los 200 serán directos y el resto indirectos.
Portugal no se lo quiso perder
Para el Ministerio de Economía se trata de "empleos altamente cualificados y que dará un impulso definitivo a la industria nacional de piscicultura. El 99% de la producción deberá ser vendida en la Unión Europea".
El proyecto fue considerado por el Gobierno luso como PIN (Proyecto de Interés Nacional), porque duplicará la actual producción del país. El Ministerio de Economía asegura que con la firma de este contrato "se dará un paso decisivo en la conquista para Portugal de un proyecto que fue extremadamente disputado a nivel internacional". El proyecto de la planta de Mira superó todos los requirimientos medioambientales de la administración portuguesa para la construcción de la planta.
Pescaova era legal y la Xunta lo vetó igual
El presidente del Partido Popular de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, exigió a la Xunta que pida disculpas a los ciudadanos de Costa da Morte y a los inversores por la oportunidad perdida en Touriñán, Muxía.
Las declaraciones del comisario europeo de Pesca, Joe Borg, asegurando que la Comisión Europea no consideraba ilegal dicho proyecto, "deberían hacer reflexionar a la Xunta porque lo que es ilegal es paralizar una iniciativa legal", afirmó Feijóo. Tras comprobar la que entonces se realizó para el proyecto de piscifactoría, la CE concluyó que "considera que la postura adoptada por el Gobierno de Galicia no está en contradicción con el Derecho comunitario, y, por consiguiente, no desea formular ninguna otra observación sobre esta cuestión".
Cabe recordar que la Xunta declinó conceder la autorización a Pescanova para instalarse en Touriñán al ser un espacio integrado en la Red Natura, por lo que dicha firma optó por buscar un emplazamiento alternativo a dicha planta en Portugal.
Núñez Feijóo aseguró que es un hecho sin precedentes que el Gobierno de la Xunta 'eche a una empresa' de Galicia, en alusión a la instalación de una planta acuícola de Pescanova en Portugal, tras lo cual reiteró su compromiso de que, 'tras las autonómicas', le pedirá a la empresa que ubique la piscifactoría que tenía prevista en Cabo Touriñán, en el municipio coruñés de Muxía.
'Probablemente sea la peor noticia económica para Galicia en los últimos dos años', consideró el presidente de los populares gallegos, que también trajo a colación los casos de La Toja y de Fadesa. Según él, 'no hay ningún argumento para que Pescanova tenga que abandonar Galicia' y concluyó que en el Gobierno gallego 'sobra soberbia y falta humildad'.
Por su parte, el regidor muxiano, Alberto Blanco, quiso recordar que, tanto la normativa comunitaria como la autonómica "avalan la granja de Touriñán, y si no que lean lo que dice el artículo 39 de la Ley 9/2002". De hecho, añade, el proyecto de Pescanova contaba con "todos los informes favorables, incluidos en el de Medio Ambiente y Costas".
viernes, mayo 25, 2007
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