Jaroslaw Kacynsky, del partido vencedor Ley y Justicia, será el nuevo primer ministro del paísPolonia castigó ayer al Gobierno socialista de Marek Belka por los escándalos de corrupción y le dio la victoria al partido de centroderecha Ley y Justicia (PiS) en las elecciones legislativas, según los sondeos a pie de urna.
Los sondeos a pie de urna realizados para la cadena de televisión pública TVP indicaban que los polacos han dado el poder a dos partidos de centroderecha que han prometido recortes de impuestos y un Ejecutivo limpio de escándalos. Así, el PiS habría obtenido el 27,6 por ciento del escrutinio, mientras que sus futuros socios de coalición, los liberales de Plataforma Cívica (PO) habrían logrado el 24,1 por ciento. De confirmarse estos pronósticos, corresponderá al PiS designar primer ministro, en este caso al candidato a la jefatura de gobierno por ese partido, Jaroslaw Kaczynsky. El tercer partido más votado habría sido la ex comunista Alianza de la Izquierda Democrática (SLD), con un 11,3 por ciento, seguido del populista Samoombrona (Autodefensa), con un 10,5 por ciento. «Hemos ganado, todo apunta a que hemos ganado», aseguró Kaczynski. «Hemos ganado como partido y, lo que es más importante, hemos ganado como programa», añadió. El aún virtual ganador de los comicios lamentó que el índice de participación haya sido tan bajo, –sólo votó el 38,3 de los polacos– pero aseguró que «pese a esa debilidad nos sentimos optimistas, pues hemos dado un paso en buena dirección y podremos hacer algo mejor por Polonia». La mayor sorpresa de estas elecciones la ha dado, sin duda, el PiS, porque hasta el último día de la campaña electoral conseguía en los sondeos índices inferiores a la liberal PO, pero en definitiva triunfó y, la SLD, de la que las encuestas dudaban de que lograra superar la barrera del 5 por ciento de los votos podría haberse constituido en tercera fuerza política. Los resultados confirman que PiS y PO, dispuestos a formar coalición de gobierno, tendrán una mayoría muy amplia, ya que los conservadores podrán tener 162 escaños y PO 141, lo cual les dará juntos 303 escaños, 4 por debajo del mínimo indispensable para poder cambiar la Constitución.
La baja participación de apenas un 38 por ciento, la más baja en la historia de la democracia polaca desde la caída del comunismo en 1989, ha desvirtuado en gran medida los resultados, ya que a la izquierda, que movilizó a sus simpatizantes y partidarios, le permitió conseguir un resultado muy por encima de las expectativas, gracias al absentismo de los simpatizantes de otras corrientes.
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