martes, abril 26, 2005

El eje franco-alemán, en contra de que España reciba más fondos de cohesión

La presidencia de la UE presentará un texto sobre las ayudas para 2007-2012
Cinco países europeos, entre ellos Alemania, se opusieron ayer a que España pueda beneficiarse del Fondo de Cohesión de la UE hasta 2008, como propuso la actual presidencia europea la semana pasada. Francia fue más ambigua, pero recordó que no hay base legal para que España se beneficie de ese Fondo después de superar el límite de renta previsto para ello, por mucho que se deba al «efecto estadístico» tras la ampliación.

La pretensión de España de seguir recibiendo ayudas del Fondo de Cohesión europeo durante el próximo periodo presupuestario (2007-2013) se topó ayer con la oposición de un nutrido grupo de países, entre ellos algunos tan destacados como Alemania y Francia. Los 25 ministros de Exteriores europeos debatieron la propuesta difundida a finales de la semana pasada por Luxemburgo, como presidente de turno de la UE, sobre la distribución del presupuesto comunitario después de 2006. En esa propuesta se atendía por primera vez la reivindicación española de que no puede perder repentinamente la mayor parte de las ayudas europeas que ha recibido en los últimos años.

Luxemburgo propuso que España mantuviera parte de las ayudas del Fondo de Cohesión hasta 2008, dos años más de lo previsto en las anteriores propuestas. En el actual periodo presupuestario (2000- 2006) España recibirá unos 11.600 millones de euros gracias a ese Fondo. El Gobierno considera esta propuesta insuficiente, y ayer volvió a recordarlo el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Pero el problema es que por modesta que sea, ni siquiera esa pequeña compensación a favor de España fue respaldada ayer por cinco países, que según fuentes comunitarias fueron Alemania, Dinamarca, Holanda, Suecia y Austria. Francia, aunque indirectamente, también se opuso a esa prórroga del Fondo a favor de España al recordar que el Tratado de la UE no permite que un país acceda a esas ayudas cuando supera el 90% de la renta media europea por habitante.

Este es el caso de España, pero el Gobierno argumenta que se ha superado ese umbral debido a que la entrada de 10 países el año pasado ha hecho caer la media europea, algo que ha reconocido la presidencia luxemburguesa al incluir una solución en su última propuesta.

Los seis países (incluyendo a Francia) que se oponen a esa solución coinciden, en su mayoría, con los que defienden un recorte del gasto total europeo después de 2007 hasta el 1% de la renta nacional bruta (RNB) europea, una tesis que de ser aceptada podría perjudicar a España. En ese grupo figuran Francia y Alemania, países a los que Moratinos se había referido indirectamente en ocasiones anteriores como países «clave» en la dura negociación abierta sobre los fondos. Frentes abiertos. El debate apenas ha comenzado y, como se demostró ayer, tiene todavía muchos frentes abiertos, aparte del llamado «problema español». Algunos países cuestionan el acuerdo al que se llegó en 2002 para no tocar el gasto agrícola entre 2007 y 2013.

También está pendiente qué hacer con el «cheque británico», con el que la UE devuelve a Reino Unido parte de su aportación al presupuesto europeo y que ahora pretende eliminarse ante el disgusto de Londres. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, expresó ayer su «reserva general» sobre la última propuesta luxemburguesa. «Necesitamos ver el conjunto y todavía no tenemos cifras precisas para las diferentes rúbricas», dijo Barroso en referencia a que ese documento no incluye todavía montantes concretos para las diferentes políticas sino sólo porcentajes indicativos. La presidencia luxemburguesa presentará una nueva propuesta, más precisa, antes del próximo 22 de mayo.

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